"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja."
Así como muchas páginas y retazos de este libro imposible, este fragmento, por sí solo, se degusta como una obra literaria única y excepcional. Su poética narrativa va mucho más allá de versos y prosas, su sonoridad adquiere relevancia (basta leerlo en voz alta y escuchar su música). Sin duda, y para no seguir haciendo comentarios innecesarios, es uno de esos textos únicos que se siembran por siempre en la memoria y en la nostalgia.
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